Páginas

Los amantes de Tasmania.


En ocasiones buscamos esa melodía única que nos mueva el corazón, pero esgrimiendo las notas desafinadas de algo que llamamos perfección.

Queremos comenzar de cero, porque ya no suena la canción que queríamos. Y no nos damos cuenta, de que la magia se pierde mientras buscamos la partitura equivocada. 

Resultaría más fácil decir un "te quiero" sin concesiones, ni exigencias que solo buscan complacer a un gigante llamado ego.

Cuando ya no suena la canción, podemos abrazar el silencio, dar las gracias y amar el tiempo compartido; porque siempre quedará el recuerdo de dos personas que un día decidieron unir sus sueños.